Todo lo que sea promover la lectura está siempre bien. Y es sensacional ver que los organismos públicos van más allá de la típica campaña de animación a la lectura que no terminan de funcionar. Por eso aplaudo iniciativas como la del sistema de Metro de Pekín, China, que desde hace unas semanas permite a sus usuarios descargarse en sus smartphones libros electrónicos.
La línea 4 del metro pekinés, con conexión con la Biblioteca Nacional, ha instalado una serie de códigos QR con los que los que lo deseen pueden descargarse en su móvil o tablet una selección de diez libros que va cambiando cada par de meses. La primera selección está centrada en textos ancestrales de la literatura china.
Pues qué queréis que os diga. Es una iniciativa estupenda que espero que no sólo perdure sino que se prodigue a lo largo del mundo. Ya hemos visto algunas campañas de este tipo por España y otros países occidentales, pero siempre de carácter temporal ¿Os imagináis una colaboración duradera entre la red de transportes y las Bibliotecas públicas? Ideal para los transportes prolongados.
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